6/27/2006

Feel Good Inc.

City's breaking down on a camel’s back.
They just have to go 'cos they dont know wack
So all you fill the streets it’s appealing to see
You wont get out the county, cos you're damn ass free
You've got a new horizon It's ephemeral style.
A melancholy town where we never smile.
And all I wanna hear is the message beep.
My dreams, they've got to kiss, because I dont get sleep, no..
Windmill, Windmill for the land.
Turn forever hand in hand
Take it all in on your stride
It is sinking, falling down
Love forever love is free
Let’s turn forever you and me
Windmill, windmill for the land
Is everybody in?
Gorillaz

6/21/2006

Con rabia se lanzaba hacia mí, desconociendo que yo disfrutaba de ella. Me rodeaba, me mojaba, me golpeaba en una tormenta de caricias, gélida a las tres de la tarde. Era un mundo relajante en donde Caracas se disfrutaba gris como una mujer Narcisa amándose al espejo, la belleza de cielos que resaltan el verde de las zonas pudorosas de los restos de una Europa que creyó haber conquistado el infierno al otro lado del atlántico; pero no hoy, hoy no había calor, sino el anhelo de dormir empiernado con una mujer delgada, con la mezcla de shampoo para bebes con el humo de cigarrillo, aroma orgásmico, aroma tuyo.

Eduardo estaba vomitando los restos de la arepa fría que Ricardo había preparado hace tres días. Manuel y Alejandro lo veían de una forma distinta. Jamás se habían dado cuanta de lo conmovedor de aquella escena, y no era la primera vez que veían a Eduardito convulsionando con tanta fuerza. Había algo distinto en esta ocasión, como si el llanto se hubiese mezclado con la bilis que empezaba a salir. El espectáculo no generaba nausea, sino una extraña simpatía. Y los tres amigos rodeaban a la victima del tequila, todos con una rodilla en el piso, como si fuese un ritual medieval, como si estuviesen esperando algo que debía seguir a la culminación de un acto cruel y a su vez bello, único.

6/20/2006

¿Huir o no Huir?

En plena honestidad, no tenia razones para pensar escapar de Caracas, todo lo contrario, los éxodos se abrieron a mi como intentos de rescatar una memoria de la ciudad que reposa a las faldas del Ávila en tierras lejanas, como Miami o Madrid; por lo que siempre desestime la huida. Pero todo cambió anoche, gracias a la calmada explicación de una joven a la que he venido acosando constantemente a través del humor y de la lastima (cóctel peligroso). Lo maravilloso del encuentro fue el darme cuenta de que uno no necesita ponderar las razones para huir de Caracas, sino considerar las razones para quedarse en ella.

Independientemente de las razones de su conducta, la señorita J. es un maravilloso ejemplo de una persona que no tiene nada que perder y lo sabe. Yo, por otro lado, no tengo nada que perder, y eso lo ignoraba hasta esa noche. Cuando uno coloca sobre la balanza las razones para no irse, no creo distanciarme demasiado de esta linda joven. En plena honestidad, no hay razones sentimentales o emocionales que me aten a Caracas, peor aun, se abre la posibilidad de que jamás habrán, esto por la naturaleza de sus habitantes. Nunca me he llevado bien con los sedentarios banales de la región capitalina (de ninguna región). No es que encuentre repugnante a la capital, es solo que no me importa, así que es tan factible quedarse como irse.

Sobre el proyecto Waschonsky

Toda la publicidad es mimética. De hecho, es mi creencia personal que todo el arte lo es. Sea reproducción de una convención de lo que se cree que es la realidad (si, esa, la de verdad verdadita), o mimético a una convención temática pre-establecida, el lenguaje esta en constante representación, así el arte, así la publicidad. El siguiente es un extracto del texto Literature against itself. Literary Ideas in Modern Society de Gerald Graff. Puede ilustrar con gran precisión este punto.

"Contra lo que suele asumirse, la escritura del siglo XX tiende a ser más y no menos didáctica que la escritura llamada “clásica” o “tradicional”… El rechazo de la organización narrativa convencional a favor de una escritura experimental necesita una unidad temátic
a más cerrada.

Mientras más firmemente descansa una obra sobre la base de una estructura narrativa o expositiva convencional, más libertad tendrá para desprenderse de la relevancia temática, ya que las digresiones pueden ser naturalizadas fácilmente por el lector como “parte de la historia”. En la medida en que la historia permanezca a una distancia aceptable de su tema, el lector podrá tolerar cantidades generosas de detalles externos sin perder el hilo.

Los textos experimentales modernos, en contraste, al renunciar a la historia y a la narración, dependen mucho más de la habilidad que tenga el lector para localizar las proposiciones temáticas que puedan dar algún significado ejemplar y alguna coherencia a sus disyuntos, fragmentarios y refractarios detalles. Al carecer de una historia o un argumento continuo, las imágenes y motivos pueden tener muy poca unidad o relevancia mutua aparte de los conceptos abstractos que ilustran –la condición vacía del hombre moderno, el abismo o la unidad entre sujeto y objeto, las interrelaciones de nacimiento y muerte, la usura de la civilización, etc.-. Como el método experimentalista implica eliminar las conexiones temáticas explícitas entre imágenes, alusiones y escenas, el lector debe trabajar duro para reconstruirlas.

Esto significa que el lector tiende a convertirse en el “creador” de la obra, como engañosamente decimos de alguna manera, queriendo decir tan sólo que es él/ella quien debe luchar para concebir ideas abstractas que conecten adecuadamente los eventos dispersos de la experiencia de lectura".

Este primer texto abre la dicotomía de lo mimético que piensa abordar el proyecto Waschonsky, una nueva forma de publicidad abierta a ser mimético de aquello de lo que no es hoy, a una nueva estructura temática que estoy por generar.


Así pues no se trata de definir, se trata más bien de comprender y asomarnos a la ambigüedad, a la opacidad, a la polisemia de esos procesos que han dejado de ser unívocos, que han perdido su vieja identidad.

Martín Barbero

Abandono

Sus cabellos se hacían abundantes, derramados sobre la sabana mojada, agotados del ajetreo. Estaba desenfocada, con la mirada perdida, los labios reducidos y el pecho desnudo, sus brazos arrojados por encima de la cabeza, rozando el borde superior de la cama en lánguido descanso. Su boca entreabierta, su mirada casi cerrada, inhalaba hondo y casi no exhalaba, como si lo que botara no fuese aire, sino trozos del alma que huye buscando al amante que acaba de salir por la puerta de la alcoba.