5/28/2008

Things have changed

“A worried men with a worried mind”

 

Me obligué al trasnocho y aún no se han filtrado los primeros rayos por la persiana americana. Trato de darle forma al día. Evoco mi nombre, evoco mi sueño, la evoco a ella. Otras cosas son más difíciles de evocar.

 

Un hombre que ha caído de la decadencia, un hombre con una ficción no metaficcional, un hombre sin pasado. No entiendo mi imagen de hace unos meses, mi conducta, mi alcoholismo, mi desenfado. Me siento como un drogadicto que ha hallado el camino, un ateo que ha hallado al señor. Si le damos la vuelta, soy entonces un desertor, un tramposo, un hombre que ha renunciado a si mismo. En cualquier caso, soy un hombre con la firme ficción de un mañana.

 

La decadencia estriba en no tener planes, en no poder visualizarse a un futuro. La decadencia no es un defecto, es la consecuencia de una honesta postura ante el mundo; honesta porque no es reversible por el ejercicio conciente. El progreso, por contraste, estriba en todo por un mañana. Prendo un cigarrillo y busco un intermedio. El intermedio se me hace molesto.

 

Los locos pensamos en absolutos.