9/08/2008

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Titubeo ante las ideas, me paralizo ante la inminencia. Los ojos detallan las líneas finas que unen las redes de consecuencias; observo los patrones, el porvenir de un accidente, el susurro de una posibilidad. El panorama completo desestabiliza, anhelo la ingenuidad de narciso infante. Allá van los errores no natos que son abortados por mi costumbre de repetirme ya tantas veces, de tantas formas. Soy la derecha imponente, el dictador de las palabras, el guardián de un canon que no me pertenece.

2 comentarios:

Viandante dijo...

Puede que seas el guardián de un canon que no te pertenece, incluso puede que te conceda el título de dictador, pero nunca podrás discutirme que escribes como si bailaras al compás de una brisa suave y tibia. Al ritmo de un son de mar que me complace mucho escuchar.
Otro abrazo

_WolfStrife_ dijo...

Muchas gracias a mi viandante, la ultima espectadora de este acorazado hedonista