2/05/2007

Fragmentando

…frente a la inexistencia de un pensamiento capaz de explicarnos, corremos el peligro de aferrarnos al loco del último cuarto, a la sensación de lo imponderable, a la cultura de la araña mona como eje fundamental de una identificación que es otra cosa que necesidad de ser (Cabrujas, 1982).

Durante años me alegré ante la posibilidad de un diagnostico salvaje que explicase mí forma general de ser. Saboreaba los manuales de diagnósticos buscando los patrones que abrazasen a Phillipe (el Dandy), a WolfStrife (el loco), al alterego (el que sale, trabaja, estudia, corteja), en una identidad global denominada Wolf. Me paseé por los dependientes, los narcisos, los psicopáticos, los obsesivos y los esquizotípicos. Pero no sólo dependía de la psicología para buscar las respuestas. La cultura de masas aportó, durante muchos años, respuestas efímeras a la pregunta que se niega a cerrarse: ¿quién soy?: ¿El héroe?, ¿el villano?, ¿la victima?.

Entiendo que esto suena al balbuceo del adolescente, y probablemente este sea testamento de una nostalgia eterna que no se sacude uno con tanta facilidad. Durante un brevísimo periodo hallé un diagnostico que me permitía incorporar todas las figuras, y fui feliz por ser libre. Me auto-diagnostiqué BorderLine (A personality disorder marked by a long-standing pattern of instability in interpersonal relationships, behavior, mood, and self-image that can interfere with social or occupational functioning or cause extreme emotional distress). Que alegría, que grandiosa sensación. Haber hallado un diagnostico que me permitiese ser todo, una forma de ser que no excluía nada. Podía ser poeta, científico, publicista, estudiante, descarado, nervioso, prudente, impulsivo, bárbaro, civilizado, elegante y vulgar, todo a la simultaneidad, todo al control de mis caprichos.


Para no padecer de los contratiempos del Border, tuve que pulir un poco el manual de diagnostico, para autodenominarme un Border Normal. Un ser simpático (condición complicada para los Border tradicionales), cuyo principal defecto (adorable condición) era la de su inestabilidad en la concepción de la auto-imagen. Así, rompí con más limites, con el limite del diagnostico en sí.

Me temo que mí suerte no duró mucho. A pesar de haber hallado un diagnostico que explicase mis fragmentos, la ansiedad continuó devorándome pues la pregunta básica seguía sin contestarse. Hoy en día, intuyo que el detalle no descansa en algún trauma infantil, o en alguna condición genética. Sospecho que la cosa va por vivir en un mundo de zapping, de centros comerciales, de marcas trasnacionales, de Friends, Frasier y Seinfeld. Creo que mí constante fragmentación esta sujeta a estar solo y demasiado conectado. Demasiados cambios, demasiado rápido. Creo que mí trastorno de personalidad fragmentada no es un trastorno. Es solo, como dice Beatriz Sarlo, una nueva forma de estar en el mundo.

4 comentarios:

Cronopio dijo...

Absolutamente de acuerdo. Vivimos presionados por roles que se nos imponen de distintos lugares. Es como entrar a una fiesta de disfraces y escoger el que uno va a usar en la entrada, sacarlo de un gran ropero común. No importa quien fuimos ayer, importa que queremos ser hoy, sin condicionar el que seremos mañana. Es la época de la contradicción. Lo increible de todo quizá esté en que mucho ignoran esa condición y se juzgan auténticos sin serlo. Los de menos talento, claro está, se ponen el disfraz rápidamente y lo lucen pensando que nadie más llevará uno tan original. Creo que la salud está justamente en saber que no nos queda más remedio que jugar con el DSM y tratar de disfrutarlo.
Un abrazo

Viandante dijo...

Tal vez todos seamos unos tipos y tipas con la personalidad trastornada o con trastornos de personalidad, que creo que son básicamente lo mismo. Pero prefiero apegarme a que todos hemos encontrado nuevas formas de estar en el mundo trastornado.

Anónimo dijo...

Mi querido y estimado Wolfx... me encanta/sorprende/divierte y hasta me cautiva que andes/recuerdes los maravillosos días en los que vivíamos en el mundo de las etiquetas... No eres no Border, ni obsesivo, ni histérico tampoco psicopático, definitivamente narciso (jejeje)y mucho menos normótico, en palabras del maestro de las etiquetas (S.F) eres un simple NEUROTICO... vive con eso que solo te encasilla en el justo lugar donde estamos todos los demas, donde sobrevivimos y nos adaptamos a un mar de caos, de inconsistencias que nunca encajará con una etiqueta sea ésta cual sea!

Se te quiere Wolfx!!!

TAK!!!!

PD: van pendientes el pago de la Deuda con el amigo este escosés... JW

_WolfStrife_ dijo...

Gracias por la visita TAK.