8/24/2008

Kindergarten Techniques in Marketing

(Hago una pausa de los diálogos usuales que azotan a este blog para utilizar unas breves intuiciones que he ido acumulando en los últimos meses. En esta oportunidad utilizo al Marketing como ejemplo, pero este cúmulo de intuiciones, una vez estructuradas, pueden ser aplicadas a varios fenómenos que me afligen)

Observo a los peregrinos abandonando la razón. Abiertamente confiesan detestarla, como si la misma fuese la culpable de su congregación actual, de este seminario para resolver un problema que no existe, que nunca ha existido. Hoy debo formar parte de esta misa que se lleva a cabo en un salón de convenciones, debo repetir las palabras, pararme y sentarme cuando los sacerdotes así lo consideren necesario, confesar mis pecados, y darme golpes de pecho. Pero, ¿qué se le va a hacer? “a man has to make a living”.

Iniciamos con una dinámica de grupo (cuantos misterios hay alrededor de la noción de dinámica de grupo, tanto miedo, the horror, the horror…) para presentarnos. Los sacerdotes nos invitan a cantar nuestros nombres, a bailar ante los nombres de otros. La vergüenza me abruma, pero los otros participantes no parecen estar sufriendo. Me recuerdo infante en un taller de autoestima organizado en el colegio, la situación es la misma, la vergüenza, la rabia, la impotencia. Trago aire, me cruzo de brazos y quiero matarlos a todos, pero la quincena aún esta lejos, por lo que me concentro en explicar lo que esta ocurriendo.

Los peregrinos no son brillantes. Burguesitas en su mayoría (se dibuja una nueva categoría en el bestiario, la clasista ingenua), personas agradecidas de estar saliendo de la monotonía de su trabajo reunidas para inventar algo nuevo, un nuevo producto, una nueva técnica, nuevas palabras, cualquier cosa que pueda venderse. Innovación es la orden, la meta. Tenemos dos días, quieren cientos de ideas, quieren cambiar el mundo. Los sacerdotes prometen que será posible gracias a sus técnicas para estimular nuestros hemisferios cerebrales.

Ahora bien, estas personas no están acostumbradas a hacer este trabajo. Imagino que inventar no es un proceso que pueda ser estimulado con canciones de campamentos y ejercicios de Kindergarten. Así que me obsesiono con la pregunta clave: ¿por qué carajo estamos aquí?, ¿por qué no hay un grupo de personas capacitadas y entrenadas especialmente para esto?, ¿por qué debo sufrir esto?.

Trato de escucharlos para detectar una respuesta. Escudriño sus palabras, sus “150 ideas, no importan si son buenas o malas”; “ todos podemos ser creativos y especiales”; “no usen la cabeza, solo siéntanlo en el estomago’”. Intuyo dos líneas discursivas nefastas que están en la base de este delirio: Flojera y Democracia.

No es posible culpar a la razón, a la disciplina y al trabajo sistematizado sencillamente porque sea más difícil que dos días saltando y cantando. El método científico es harto suficiente para abordar problemas de innovación en productos, y no requiere la transformación de un ser humano a un primate inferior para funcionar. Pero imagino los argumentos de los sacerdotes para esto: “nuestro método siempre genera resultados, 150 resultados en solo dos días” (con el tono de voz de las personas de un infomercial). Honestamente, dudo mucho que 150 ideas generadas con juguetes, motivación (¿cocaína?), buen animo, optimismo, ganas (insert pep term here)…, sirvan para algo más que justificar el sueldo de los sacerdotes.

Pero no es sencillo. Requiere disciplina en una cultura que genera tecnologías que, en el fondo, prometen abolir el pensamiento. La automatización de todo. Pronto el estilo de vida no dependerá de que haga usted, ni de que diga, sino de que deba comprar. La promesa del no pensar ya esta bien establecida en el Marketing. Es por esto que un método que implique trabajar un poco no puede ser aceptado. La flojera se alza como reina.

Existen condiciones en la forma de las Kindergarten Techniques in Marketing que les permite a los sacerdotes afirmar que sus métodos (por ejemplo, el método de espasmos intuitivos) funcionan. El numero de asistentes a la misa es fundamental, 50 personas de distintas áreas, quienes apoyan el proyecto y participan en la espasmódica evacuación de ideas es un justificativo básico (como el famoso un millón de moscas no pueden estar equivocadas) para validar este encuentro. La democracia en el conocimiento sonríe.

La democracia en política es complicada, pero en el conocimiento es sencillamente fatal. El conocedor y el ignorante son igualados y sus votos igualmente poderosos. No existen grandes conocedores, grandes académicos, porque todos somos iguales. Por supuesto, es la única forma en que psicólogos, sociólogos, ingenieros industriales y químicos, administradores, diseñadores y contadores pueden unirse en esta actividad. Para tener validez en números, la dinámica debe igualar a todos los participantes, y es por esto que debe regresarnos a un estado en donde todos éramos un poco más iguales, el regreso al Kindergarten.

La experiencia del Marketing es una ventana al futuro de las otras disciplinas humanas. Las áreas donde el conocimientos es fundamental están siendo invadidas por Snobs o sencillamente abandonadas al absurdo, como la academia y las artes. Caos, sin sentido, ruido. Mientras más herramientas de la flojera y de la masificación se vayan haciendo disponibles, más acelerado se hará este proceso.

Por lo menos eso intuyo hoy.

2 comentarios:

Viandante dijo...

Divina redacción, estupenda intuición. Pensaba leerte luego porque se supone que estoy muy ocupada ahora mismo, pero empecé la primera línea y tuve que devorarlo todo.

Un abrazo,

Sensaciones dijo...

Interesante post. Tiene mucha tela todo esto. Hago, con tu permiso, unos apuntes con el fin de colaborar en estos pensamientos.

Yo creo que haces, inicialmente, dos asociaciones:

1. Racionalidad asociado a Disciplina.

2. La Técnica de la Tormenta de ideas asociado a Falta de disciplina.

El segundo recurso, a su vez, lo asocias a su adaptación al Mercado como fuente de generación de (fácil o aparente) novedad.

Ejercitar la creatividad

Respecto a eso que tanto se hace ahora de ejercitar la "creatividad", haciendo que todo el mundo dé ideas y más ideas, para de la cantidad extraer algo, tiene mucha más perspicacia de lo que pueda parecer. El Marketing, por ser una aplicación práctica a algo tan tangible como el Mercado, que continuamente está validándose democráticamente -cada minuto de atención a un producto, cada euro gastado, es un voto a la producción de ese bien o servicio,(...) y el Balance de Resultados es inapelable-.

Independientemente de que por el camino se tomen muchos senderos inútiles, si algo no se le puede negar, es eficacia. Porque ese es su propósito. Claro, eficacia en un contexto capitalista, qué si no.

La eficacia en este contexto se mide por la capacidad de hacer que más y más personas se dediquen a buscar beneficios traducibles a dinero -esto es, intercambiables en el mercado-. Este es el objetivo, y si no funciona, se busca otro medio... De ahí su continua adaptación, fagocitándolo todo. Las personas somos, en este contexto, "hiperactivas", igual que esos conejos de indias que enjaulados no paran de moverse hasta expirar, los humanos en este entorno capitalista no paramos de "movernos" generando bienes y servicios. "Cuando el alma sufre, el cuerpo tiene que moverse". Es difícil imaginar algo más adictivo y eficaz para este propósito que la ganancia dineraria...

¿Indisciplina?

En esta búsqueda del máximo beneficio contable (dinero, ese invento que, por sus manifestaciones fiduciarias, tantos dolores de cabeza da ahora..., entre otros "dolores" y "placeres"), la aplicación de técnicas como la "Tormenta de ideas", es algo que la naturaleza utiliza constantemente (mutaciones, sistema inmunológico...). Su eficacia es indudable: su antigüedad se pierde hasta el origen de lo que llamamos vida..., que siga siendo pura naturaleza es una muestra de su indiscutible eficacia, de lo contrario se habría extinguido ya... Gracias a esa generación "indisciplinada", irracional, o más bien arracional, la gripe, a pesar de nuestros esfuerzos racionales, científicos, sigue existiendo..., y quien dice la gripe, dice lo que desees... Así que la técnica "creativa" no es más que una racionalización del caos de la naturaleza, una copia aplicada metódicamente.

Por supuesto, la asociación Racionalidad <=> Ciencia creo que no es correcta, quiero decir, que no es completa... La Ciencia, sin el favor de la creatividad (venga en forma de "casualidad", "inspiración" (el sabio que reflexiona aparte busca esta fuente arracional), los insight -que se dice ahora...- o "Ideas Ajá", la intuición...), no sería más que una tabla de datos mejor o peor correlacionados... No llegaría a ser Ciencia, sino sólo racionalidad... Ésta es necesaria pero no suficiente.

Disciplinada es la enseñanza de La Torá, del Corán, del Catecismo, del cántico de esta o aquella secta... Disciplina no es sinónimo de bueno -ni de malo-. En sí misma, sólo produce repetición y ligeras mejoras. Acaso fortalece algunos componentes, pero desatiende a otros -no hay coste cero, la naturaleza es económica-. Para pasar de la válvula electrónica de vacío al silicio (microchip) hace falta algo más que disciplina...

Tantos y tantos disciplinados alumnos van a un Conservatorio -ya la palabra derivada de conservar es triste y fría como un mausoleo- y muchas de las capacidades creativas se verán atrofiadas... De hecho ya se van incorporando otras técnicas, que esto no implica indisciplina...

Una vez escuché una grabación de Yehudí Menuhín -el violinista clásico, etc.- y Stephane Grappelli -el violinista, etc., de jazz-. La grabación, sin demasiadas ambiciones, era un deseo de Yehudí, y éste explicaba que las "improvisaciones" que hizo las había tenido que escribir previamente..., y mostraba además su admiración ya de antiguo por Stephan, que era capaz de crear ilimitadamente con facilidad... No fue el único que consideró que algo tenía de "culpa" la "disciplina" de la enseñanza musical... Un ejemplo, y cualquiera puede ver mil a poco que se aplique en su entorno cercano y lejano, en el que se ve que disciplina es sólo una de las prácticas necesarias y útiles para mejorar, pero no la única...