9/08/2008

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Titubeo ante las ideas, me paralizo ante la inminencia. Los ojos detallan las líneas finas que unen las redes de consecuencias; observo los patrones, el porvenir de un accidente, el susurro de una posibilidad. El panorama completo desestabiliza, anhelo la ingenuidad de narciso infante. Allá van los errores no natos que son abortados por mi costumbre de repetirme ya tantas veces, de tantas formas. Soy la derecha imponente, el dictador de las palabras, el guardián de un canon que no me pertenece.