4/25/2006

Anécdota

Otro mediodía sudoroso en una sabana enorme que no descansa del mal gusto, del sexo y de la violencia. En caravana cuatro cristianos arrepentidos, en vía crucis literario viajando al inicio del centro del mundo, donde la verdad se escondía en anaqueles polvorientos, en sed, sudor y la imagen de los ojos de una púber eterna. Ojos que pudiesen ser como dos espejos, uno frente al otro, lanzándose al infinito y perdiéndose en confusiones, palabras y libros. Hasta que el fin de la siesta del gran jefe marca el instante en que por recepción una mala edición de Les Miserables sale de la mano de una niña que se niega a envejecer.

No hay comentarios.: