4/02/2006

Ciao

No fuimos más que un adiós. Manos que se encontraban nerviosas en cafés caros del imperio de plástico, seguido de besos tiernos y miradas asustadas. Aterrados siempre por el abandono seguro que era pronosticado por cielos nublados, por el cigarrillo húmedo que era compartido, por el tardío coito. Un adiós que gritaba la estocada final a infantes que compartían como infantes, a niños que jugaron a quererse, cuando sentían que ya no era época de ser niños.

No hay comentarios.: