6/20/2006

¿Huir o no Huir?

En plena honestidad, no tenia razones para pensar escapar de Caracas, todo lo contrario, los éxodos se abrieron a mi como intentos de rescatar una memoria de la ciudad que reposa a las faldas del Ávila en tierras lejanas, como Miami o Madrid; por lo que siempre desestime la huida. Pero todo cambió anoche, gracias a la calmada explicación de una joven a la que he venido acosando constantemente a través del humor y de la lastima (cóctel peligroso). Lo maravilloso del encuentro fue el darme cuenta de que uno no necesita ponderar las razones para huir de Caracas, sino considerar las razones para quedarse en ella.

Independientemente de las razones de su conducta, la señorita J. es un maravilloso ejemplo de una persona que no tiene nada que perder y lo sabe. Yo, por otro lado, no tengo nada que perder, y eso lo ignoraba hasta esa noche. Cuando uno coloca sobre la balanza las razones para no irse, no creo distanciarme demasiado de esta linda joven. En plena honestidad, no hay razones sentimentales o emocionales que me aten a Caracas, peor aun, se abre la posibilidad de que jamás habrán, esto por la naturaleza de sus habitantes. Nunca me he llevado bien con los sedentarios banales de la región capitalina (de ninguna región). No es que encuentre repugnante a la capital, es solo que no me importa, así que es tan factible quedarse como irse.

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